Sin previo aviso...

lunes, 23 de febrero de 2015


 

 
 
La mayor parte del tiempo me siento feliz, distraerme me hace bien, pasar ratos con las personas que quiero es lo mejor de mi tiempo, inclusive sola leyendo un buen libro me divierto. Pero sin previo aviso, llega el vacío de nuevo. No importa cuánto intente fingir que no está, no importa que ignore su presencia, llega e insiste en hacerse notar con un nudo en el pecho, la aflicción al respirar.

Me pregunto que está mal, reflexiono sobre  todos los aspectos de mi vida y me doy cuenta que tengo demasiados motivos para agradecer, personas a las que realmente quiero cerca mío, un trabajo que  me hace feliz y una carrera que me gusta. Pero por qué el vacío insiste en hacerse notar? Como queriéndome decir que no importa lo feliz que esté, la vida nunca va ser perfecta.

Y realmente la perfección nunca fue mi objetivo. Entonces en momentos como este, en el que todo está bien pero me siento vacía, me doy cuenta que necesito hacer las paces conmigo misma, con mis sentimientos y pensamientos, que lo más importante de todo para ser verdaderamente feliz, no tiene nada que ver con lo que sucede externa sino internamente.

Y no hay mejor confort que rezar y sentir que me refugio en Dios, para que la paz vuelva a alivianar mi corazón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario